Aloe vera.
Haz enjuagues de té de manzanilla, deben ser tan calientes como se pueda
soportar. Realízalo muchas veces. Frecuentemente disminuye el dolor después de
algún tiempo.
Sal o ceniza.
Sal o ceniza.
De igual forma pon una
bolsita llena de sal o ceniza caliente, que se emplea a la zona adolorida
cuando uno esté acostado, calma el dolor.
Perejil.
Perejil.
Mastica unas hojas de
perejil fresco.
Cebolla.
Cebolla.
Pon sobre la muela afectada, un pedazo de cebolla cruda y apriétalo para
que vaya soltando el jugo.
Cavo de olor.
Preparar un enjuague bucal con 5 clavos, unas hebras
de azafrán, una taza de agua y una pizca de sal. Luego en un cazo se
coloca todos los elementos, se mezcla y se lleva a ebullición durante 10
minutos. Se retira del fuego y se deja refrescar. Se filtra y
se utiliza como enjuague 4 ó 5 veces al día.
Huevo.
Aplicar un emplasto por fuera de la mandíbula de una yema de huevo mezclada con una cucharadita de miel o una
pasta de migajas de pan y alcohol
espolvoreada con pimienta de Cayena sujeta con una gasa.
Verter 2 cucharadas de ajenjo en 1 taza de agua hirviente. Dejar
refrescar un poco y, aún tibia, hacer buches con esta preparación durante
unos minutos. Para que este remedio tenga efectividad es necesario que la
infusión se mantenga tibia sobre la zona afectada, y en pocos minutos el
dolor desaparecerá.
Sésamo.
Hervir dos cucharadas de semillas de sésamo en una taza de agua hasta que
sólo quede la mitad del líquido. Empapar una bolita de algodón y
aplicar sobre la muela (también puede hacer buches de esta preparación).
Esta semilla contiene compuestos que alivia el dolor.
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